miércoles, 3 de junio de 2015

Cada cosa en su sitio


“Si nuestro mundo está revuelto, ello se debe en gran parte a que los hombres han perdido aquel espíritu de moderación y de equilibrio que en los tiempos pasados mantenía cada cosa en su sitio. El deber de los hombres de gobierno es hoy destruir todo lo que puede precipitar la lucha de clases, volver a la tradición, hacer penetrar suavemente el porvenir en los marcos del pasado. Todo lo que es progreso social está bien, pues entraña el reconocimiento de lo que hizo la prosperidad pretérita; todo lo que es revolución debe condenarse y proscribirse como un alimento funesto para las pasiones desencadenadas.

En esta grave crisis que se avecina y que ha traído la imprudente aplicación de unas doctrinas extremas, vayamos siempre a la vanguardia en todo lo que atañe al bienestar moral y material del pueblo, pero evitemos que, arrancando violentamente a éste fuera de sus costumbres ancestrales, se precipite en las irrealizables ambiciones, que no le traerían sino desastrosos desengaños”.

Jaime III



Melgar, Francisco. Don Jaime, el príncipe caballero. Espasa-Calpe S.A. Bilbao, 1932. pp .179-180