miércoles, 29 de abril de 2015

¿A quién teme Edurne?

Opinión.

Ayer, en la edición digital del Diario de Navarra, aparecía el siguiente titular: Izquierda-Ezkerra plantea que la placa no incluya “las gestas de Zumalacárregui”. Por lo visto, la candidata de I-E al Ayuntamiento de Pamplona, Edurne Eguino, ha emitido todo un comunicado para pedir que la nueva placa que se va a colocar en el Portal de Francia no incluya “una inscripción que ensalza las gestas militares de Zumalacarregui y los valores de Dios, Patria y Rey que defendió”.

A los carlistas no nos sorprende el comunicado de Edurne, y consideramos que merece la pena desgranarlo de forma muy breve para explicar por qué los políticos siguen temiendo a los viejos carlistas. Las razones de su miedo también ayudan a entender por qué los carlistas perseveramos hoy, 29 de abril de 2015, tantos años después.

La primera razón: porque los viejos carlistas eran espejo de virtudes que los políticos de la partitocracia no poseerán jamás. Zumalacárregui murió por las libertades de su pueblo. ¿Se imaginan a los concejalillos de Ezkerra haciendo lo mismo? No, porque en el fondo son tan burgueses como los enemigos del general vasco.

La segunda razón del miedo de los políticos es que las gestas de los viejos carlistas nos recuerdan que hay causas justas y nobles. Los viejos carlistas no luchaban por los ideales vacíos y banales que hoy se ensalzan en los parlamentos. No. Los viejos carlistas luchaban por Dios, por la Patria y el Rey; y dieron su vida por ellos. Los políticos temen que el ejemplo de Zumalacárregui, que vertió su sangre por una causa tan noble, sea fermento de una rebelión. (En estos tiempos que corren Zumalacárregui ya habría entrado a la carga en el Ayuntamiento).

La envidia y el miedo impulsan a Edurne. A esto tal vez cabe añadir su ignorancia, tan propia de quienes han sometido su pensamiento a las rigideces de una ideología. Estas son las razones de que parezca que le importa más la placa que el hambre que están pasando muchos pamploneses. Edurne tacha los ideales de Zumalacárregui de “nostálgicos”. Bien, puede decir lo que quiera, pero los carlistas somos los primeros que no nos vamos a creer las mentiras de los políticos. Ellos, los que nos tachan de nostálgicos, nos quieren encerrados en la sacristía. Nosotros, que creemos en nuestro ideario, proponemos que en estas elecciones municipales se vote a candidaturas independientes, formadas por vecinos que no estén sometidos a las ideologías. Las ideologías, como la de Edurne, sólo traen crispación. 

Un carlista cabreado

domingo, 19 de abril de 2015

¿Construir? Cuenten con nuestra ayuda



Quedan muchos vecinos que saludan a los carlistas con simpatía. Detrás de este saludo hay varias causas: “mi abuelo fue requeté”, la imagen pintoresca, el tono campechano de nuestros militantes y, en tantas ocasiones, la esperanza que suscitan las viejas causas, esas que por su resistencia a lo largo de los años parecen casi inmortales y si aguantan “por algo será”.

He escuchado decir a un veterano carlista que el carlismo está "condenado" a desaparecer en la medida en que cuando cumple su objetivo se disuelve. Lo vemos en Navarra en el caso de las Javieradas, a las que acuden miles de vecinos que van olvidando su origen aunque están empapados de su espíritu. Pocos recuerdan el origen tradicional de las Javieradas, pero, como querían los viejos carlistas que las comenzaron, cada vez que se celebran Navarra vuelve a ponerse en marcha y la gente normal camina en pos de grandes ideales.

Aunque sea bajo otro nombre, perviven fundamentos que hacen vigente nuestro ideario. Así, aunque los carlistas somos pocos, tenemos ideas que mueven a caminar a la gente normal. No somos perfectos, ni los mejores. No somos tampoco, ni nunca hemos querido ser, una élite que aspira al poder. Sin embargo, somos conscientes de que en cada uno de nuestros pasos está Navarra y para mucha gente seguimos siendo una garantía que perdura porque se mantiene fiel a lo realmente importante. Por eso, ahora que los partidos políticos se nos revelan obsoletos, ahora que ha caído su disfraz, vale la pena gritar ¡larga vida a las grandes causas! Ojalá Dios nos permita construir. Construir, construir y construir.


Carlos Veci

miércoles, 15 de abril de 2015

Construir

Carta publicada en el Diario de Noticias (11/04/2015) a Jorge Ruiz, militante carlista.


Las elecciones están a la vuelta de la esquina, pero en la calle sigue escuchándose el grito de “no nos representan”. Hay malestar entre los vecinos. Los partidos se han revelado como instrumentos ineficaces para representarnos. Además, ya se sospecha que han caído en manos de las grandes empresas, cuyos consejos nutren los políticos famosos cuando se jubilan del escaño.

¿Hay alternativas? Sí, y requieren ponerse manos a la obra cuanto antes. Construir, construir y construir. La alternativa requiere aquello que decía el francés Madiran: ir a ver al vecino, tomar contacto con el colega, volver a crear en la base pequeñas comunidades de ayuda mutua. Las cooperativas, las asociaciones de vecinos y las agrupaciones profesionales son un buen exponente de esta sociedad que proponemos. Luego habrá que clamar para que haya una representación más rica: por barrios, por oficios, por asociaciones…

En este sentido, Navarra por haber defendido su independencia, sus fueros y tradiciones; es la mejor indicada para emprender una tarea que luego podría ser emulada en otros lugares. Nos encanta asociarnos, juntarnos en el local, tomar una cerveza con los amigos. Aquí está, y no en otro sitio, el fundamento de la alternativa.

domingo, 5 de abril de 2015

A ver si eres más valiente que tus abuelos

Doña Narcisa Ojer, viuda de Domench, vivía en Villava con sus hijos. Unos de estos, Luis, la noche del 18 de julio de 1936, sábado, le dijo con un poco de retintín: 

- Madre, ¿Ya me ha preparado usted la ropa para mañana domingo?

La madre, que se había enterado de todo lo que estaba dispuesto para el día siguiente, le contestó con naturalidad y haciéndose la distraída: 

- Sí, hijo; encima de la cama la tienes, y bien planchada que te la he dejado. Como para mañana… 

Y encima de la cama estaba, en efecto, el pantalón, la camisa kaki y la boina de requeté, que era la ropa destinada para aquel domingo bélico, principio de la gran ilusión y de la gran sorpresa que aguardaba a unos y a otros porque nadie podía creer de lo que sería capaz Navarra.

Y en aquel amanecer del 19 de julio, cuando los valientes requetés de Villava salían en gran número para emprender la descomunal aventura y muchos para ya no volver, doña Narcisa Ojer, desde la ventana, gritaba a su hijo:

¡Luisico! A ver si eres más valiente que tus abuelos…

(Sus abuelos, paterno y materno, los dos fueron voluntarios de Don Carlos en la última guerra carlista).


Navarra en la Cruzada. Francisco López Sanz, pp 144-145